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Las várices: síntomas y cómo combatirlas

Las várices: síntomas y cómo combatirlas

Las várices son un padecimiento que afecta el sistema circulatorio del cuerpo. Es una enfermedad crónica de insuficiencia venosa que está más asociado a las mujeres (afectando a cerca del 80%), aunque puede aparecer en los hombres.

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La enfermedad se produce por un exceso de esfuerzo y presión en las venas, en especial las de las piernas, que provoca una acumulación anormal de sangre y afecta la función de las válvulas que ayudan a llevar la sangre de vuelta hacia el corazón.

Sus síntomas más comunes, y la forma de combatirlos, son los siguientes:

Edemas: se refiere a la inflamación de las extremidades dada la retención de líquidos; en este caso se debe a la acumulación de sangre en las válvulas.

El mejor tratamiento es disminuir la ingesta de sal y optar por una dieta más saludable que influya positivamente en la circulación. También es recomendable evitar el uso de prendas ajustadas pues entorpecen el trabajo de las válvulas.

Venas visibles en la piel: son comunes durante las etapas del embarazo y suelen desaparecer una vez se da a luz. Sin embargo, problemas de sobrepeso pueden derivar en su aparición.

Una vez más, la mejor manera de evitarlas es con una dieta balanceada para evitar padecer de sobrepeso.

Pesadez en las piernas: si sientes cansancio en las piernas, en especial al pasar mucho tiempo de pie, puede deberse a problemas de circulación.

En este caso lo mejor es tomar baños con agua fría pues esta ayuda a activar el sistema circulatorio. El uso frecuente de cremas hidratantes o algún gel frío es igualmente de ayuda en estos casos.

Calambres: estas contracciones involuntarias y dolorosas, en el caso de un padecimiento venoso, ocurrirán de noche y usualmente en las piernas.

La mejor manera de combatirlo es realizando actividades físicas durante al menos 30 minutos diarios.  Otra ayuda es acostarte y poner las piernas en una posición alta, permitiendo mejorar el flujo sanguíneo.

Dolor en las piernas: el dolor en las extremidades variará según la gravedad del problema y podría extenderse a otras áreas a las que estas venas dirigen la sangre.

Evitar golpes es crucial para evitar que el dolor se haga más fuerte y prolongado. Una vez más, es recomendable no utilizar prendas ajustadas.

Oscurecimiento de la piel: en las zonas afectadas puedes apreciar manchas violáceas que se deben a los glóbulos rojos. Estas deteriorarán tu piel y pueden endurecerla.

Masajes diarios, en especial si son con cremas anticoagulantes, son una buena solución para este síntoma.

Parestesia: es la sensación de hormigueo y/o entumecimiento que sufrimos al permanecer demasiado tiempo en una misma posición.

Lo ideal es, a pesar de la sensación de hormigueo, evitar rascarte la zona afectada pues esto puede causar lesiones en la piel. Recurre en estos casos a aplicar alguna crema hidratante.

Úlceras: si las várices no se tratan a tiempo pueden convertirse rápidamente en úlceras que aparecen de forma espontánea o gracias a alguna lesión.

Si aparece una úlcera, debes acudir al médico. Entre tanto, puedes limpiar el área con agua y jabón para evitar una infección mayor.

Aunque en principio las várices son benignas, y por eso muchas veces se ignoran, debes acudir a un médico para establecer cuál es el origen de estas y atacarlas de manera correcta. Al largo plazo las várices afectarán tu calidad de vida, ya que te causarán dolores y podrían derivar en situaciones de alto riesgo.

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