Foto: Andina

Los expertos nutricionales enfatizan la importancia de evitar ciertos alimentos en el desayuno para mantener una dieta equilibrada. Uno de los principales componentes a evitar es el exceso de azúcares simples, como el azúcar de mesa o aquellos derivados de almidones refinados y productos panificados blancos. 

Entre los alimentos a evitar en esta primera comida del día se encuentran las galletas envasadas, ya sean dulces o saladas, los cereales con aditivos y colorantes, el pan blanco, las barras de cereales, los budines, los jugos envasados, el turrón y los alfajores. Todos estos alimentos son reconocidos por su alto contenido de azúcares y carbohidratos refinados, lo que puede provocar picos de energía seguidos de bruscas caídas, afectando el equilibrio nutricional y la sensación de saciedad.

En lugar de estos productos menos saludables, se recomienda optar por alternativas que sean ricas en proteínas y fibra para garantizar una sensación de saciedad más prolongada. Las opciones ricas en proteínas pueden ser tanto de origen animal, como los huevos y lácteos descremados (queso, yogur, leche), así como de origen vegetal, como los cereales integrales, incluyendo quinoa, avena, trigo sarraceno y frutos secos. Estos alimentos no solo ofrecen una buena dosis de proteínas, sino que también proporcionan otros nutrientes esenciales para un desayuno equilibrado.

Además, los alimentos con alto contenido de fibra, como la fruta fresca, son una excelente adición a cualquier desayuno saludable. La fibra no solo ayuda en la digestión, sino que también contribuye a mantener niveles estables de energía a lo largo de la mañana. Optar por frutas frescas como parte del desayuno puede mejorar la sensación de saciedad y proporcionar nutrientes esenciales para un comienzo saludable del día. Incorporar estas alternativas puede ayudar a evitar los efectos negativos de los alimentos ricos en azúcares simples y promover una dieta más balanceada y beneficiosa para la salud.

Fuente: Andina